martes, 11 de octubre de 2011

Primeras impresiones sobre lo nuevo de Efecto Pasillo

Pongámonos en situación. Sala de pequeño aforo (El Alambique), concierto acústico de Efecto Pasillo. No sé a ustedes, pero a mí lo escuchar a Iván Plusa y compañía en acústico me llamaba la atención. Por varios motivos: por escuchar sus temas arreglados sin electricidad de por medio, y porque habían anunciado que nos ofrecerían algunos temas nuevos. Así que allí me planté, a ver en qué línea, más o menos, se mueven para su segundo disco.

Lo primero que debo decir es una obviedad, pero no por ello menos cierta: Efecto Pasillo tienen un directazo, animado, contundente y capaz de poner al respetable a moverse aunque la banda esté sentadita y en acústico. Javi Moreno es capaz de sacar matices a su sonido ya sea con la batería completa, sólo con la caja, con un cajón o con una botella de anís y un palito. La pegada de Arturo Sosa y su Fender Jazz Bass es imprescindible en el sonido de esta banda. Iván Plusa es, además de un magnífico cantante, un frontman con tablas que sabe perfectamente qué teclas debe pulsar para mantener al auditorio animado y Nau Barreto... Pues lo de siempre: un fuera de serie. Nuestros escenarios se le quedan cada vez más pequeños a este pedazo de crack. El directo es potente y los temas de siempre sonaron muy redondos. Si hay algo que no le falta a esta banda es ensayo: lo tienen todo mascadito, medido y funcionan como un reloj. ¿Y los temas nuevos? ¿Cuál es el nuevo Efecto Pasillo?

Pop, rumba, reggaetón (¡sí, reggaetón!), rap... Eso estilos le han comido mucho sitio al funk chilipeppero de antes. Por lo que se pudo intuir de los temas que presentaron, el sonido de Efecto Pasillo se aleja de los referentes del funk-rock americano de los noventa y se acerca a los sonidos más recientes y más populares hoy día de Huecco, Muchachito Bombo Infierno o, en alguna ocasión, Calle 13. Un sonido con muchas posibilidades de colarse en las radios musicales de este país. De los temas escuchados, tal vez lo más impactante (al menos para mí) sea la cada vez mayor presencia de rap.

Antes de hacerme una idea definitiva de lo nuevo de esta banda, me falta escucharlo más veces y, sobre todo, electrificado, con más potencia. Pero, como adelanto, sí puedo decir que el Pasillo más funk ha perdido peso y ha dado entrada a un Pasillo más latino, más rapero y más rumbero. Menos Red Hot Chili Peppers y más Muchachito.

Ahora, a ver si consigo convencerlos para que me den una entrevista y me cuenten ellos si lo que yo oí es lo que ellos buscaban, o si no están de acuerdo con mi primera impresión, o si resulta que yo había bebido más cerveza de la prevista y me metí en el concierto de otra gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario