domingo, 24 de julio de 2011

Gracias por quemarte, Amy

Amy Winehouse puede haber salvado el rock.

La diva con, probablemente, la mejor voz negra de soul de la última década, ha muerto. Seguro que no lo ha hecho intencionadamente, pero ha hecho lo mejor que podía hacer para que la música popular (rock, pop, soul... La música con alma y corazón) vuelva a ser real. La muerte de Amy debe "matar" a Lady Gaga. y a Justin Bieber. Y a todos los prefabricados.

Robert Johnson no lo sabía, pero inauguró un club selecto de músicos que mueren jóvenes para convertirse en símbolos. Aunque hubo bluesmen antes que él, Johnson es aún considerado el padre del blues, por encima de otros como John Lee Hooker o Muddy Waters, posteriores a él, pero cuya aportación musical al género es más rica. Johnson murió con 27 años, y por ello hoy es aclamado como el "bluesman definitivo". Janis Joplin dejó de ser una pobre chica con problemas de alcoholismo y una grandísima voz para convertirse en el espejo de todas las divas el mismo día que murió. Ya nadie podrá ser jamás mejor cantante que Janis, aunque lo sea, porque Janis se consagró al morir con 27. Jim Morrison alcanzó la leyenda en una bañera de París, con 27 años, sin tiempo de grabar ninguna porquería. Lo mismo para Kurt Cobain, que elevó la popularidad del grunge más allá de todo límite al morir, convirtiéndose en mártir y mesías del rock de los 90 para toda una generación de adolescentes. Hasta el desastre humano Brian Jones se ganó un lugar en el Olimpo del rock al morir con 27 años, pese a que su carrera musical estaba a punto de irse al cuerno por culpa de su mala cabeza cuando murió. Amy es la última en unirse al club de los 27 y, probablemente, dentro de 5 años se hable de ella como "la voz de una generación" o algo así. Su muerte creará su leyenda.

Amy Winehouse nos deja un gran disco (Back to black), uno mediocre (Frank) y un mensaje de realidad. Lady Gaga intenta ser "peligrosa" utilizando la provocación estudiada. Winehouse era peligrosa porque vivía con el peligro. Era peligro. Era real. Era rock and roll. En un mundo gastado, el de la música popular, en el que todos dicen ser el más duro, el más rockero, el que más juega con fuego, Amy jugó de verdad y se quemó. En un mundo en el que Marilyn Manson lleva décadas diciendo que va a destruir el mundo a base de disfrazarse, Winehouse vivía lo que cantaba y no llevó un disfraz ni un sólo día. Cuando decía que no quería rehabilitarse, no era marketing, no era una metáfora, no era ironía. Era que no quería rehabilitarse. Amy Winehouse era un bomba de actitud pura.

Pero, ¿qué podíamos esperar de ella musicalmente? Probablemente, nada. No era capaz de subirse a un escenario sin tambalearse, no se le recuerda ni un concierto memorable y, sinceramente, con su ritmo de vida, no pondría yo la mano en el fuego por un nuevo disco de calidad. Lo que nos podía dar Amy era su actitud, y eso era lo que nos daba. Su muerte ha sido su último acto como artista. Había elegido una vida de autodestrucción y la llevó hasta el extremo. Una vez más, una última vez, Amy demostró que era real.

Amy no es la única artista que vivía su música, que se comunica mediante ella. Pero es de las pocas que había llegado a una popularidad masiva. y su muerte la ha vuelto a elevar. Si con ello el público recupera esa maravilla que es Back to black, los jóvenes deciden investigar un poco y llegan a Aretha Franklin, a Marvin Gaye, a la Motown (como en su época Oasis devolvió popularidad a los Beatles), Amy habrá hecho más por la música muriendo de lo que podía hacer en vida. Con toda la tristeza que me produce la desaparición de una voz como esa, recuerdo una frase de Neil young que otro ilustre muerto con 27, Kurt Cobain, dejó escrita en su nota de suicidio: "Es mejor quemarse que desvanecerse lentamente". Al quemarse, Amy nos ha devuelto el peligro y la realidad. Nos ha recordado el rock and roll. Lo siento por ti, Amy. Lo siento mucho.

Pero gracias por quemarte.


1 comentario:

  1. A pesar de ser una pena, se ha ganado un espacio entre los grandes.
    Espero que en lo positivo las nuevas generaciones de Músicos la tengan como referente, teniendo un campo de visión mas amplio. Quizás sea el momento en que pase a la historia la radioformula.
    Muy buen artículo Paco.

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